EL EVANGELIO, según….EL PADRE BÁEZ

domingo, 19 de abril de 2020

TAMADABA

“...Tamadaba pasa de desierto de pinos, a germinar y a florecer otras plantas. Hay motivos para el gozo y la alegría. Volverá al resplandor de cuando allí habían castañeros. Y lo contemplaremos con júbilo. Le llegó la hora del desquite. Gracias a Dios, se despegaron los ojos ciegos del cabildo hasta ahora; va a brotar otro tipo de vida, otros árboles productivos de comida; ¡ya era hora de poder comer de Tamadaba otros frutos que no fueran pinocha y fuego! 

Hace unos setenta años, se vienen dañando gravemente a Tamadaba con una desaforada plantación de pinos, sustituyendo con ellos la vegetación que había antes, y resto de ello son algunos almendros, nispereros, castañeros, olivos, etc., ahora todo ello desaparecido y algo que queda lánguido y mortecino, junto a esplendorosos y gigantescos pinos, que no dan nada, sino pinocha y fuego -como repito y digo-, pero, gracias a Dios (al Cabildo), va a comenzar la tala de los pinos, ya que éstos no son sino el signo de la mayor degradación del lugar. 

Se va pues, a talar pinos en Tamadaba y la noticia no puede ser mejor, como regalo a un pueblo que pasa mucha hambre, pues cortar pinos estériles y solo productores de lo ya señalado dos veces, es con creces lo mejor que nos depara el futuro. 

Pues ya están de sobra declaraciones de los pinos como cosa natural, especial, conservación, protección, reserva, biosfera, unesco, patrimonio, etc., para pasar a ser lugar de producción y vida, y no de muerte y esterilidad verde (los pinos), roja (los incendios) y negra (de cenizas), llegándole la hora de una auténtica y verdadera transformación en positivo y beneficios: otras plantas que no sean solo pinos (a desaparecerlos todos, poco a poco), se repoblará de plantas vitales que ayuden a la población hambrienta que tenemos y somos; en lugar de pelícanos , cuervos, gatos, víboras,  gatos salvajes, erizos..., volverán: palomas, cabras, ovejas, vacas..., en lugar de espinos, ortigas, cardos...”. 

Cuando desperté, me di cuenta: aquello había sido un sueño; pero..., ¿y por qué no puede ser una realidad?

El Padre Báez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es digno de comentar un comentario que comente lo que el texto en sí deja que comentar. Por lo tanto, comento que el comentario que iba a comentar coincide plenamente con el comentario expuesto.